Conectarse con la energía universal es una experiencia placentera y enriquecedora,
apenas sabrás por qué, pero interiormente sentirás una paz que quizás nunca antes hayas experimentado.
Durante la sesión cada persona recibe el reiki de una forma distinta en función de su situación personal, pero por lo general es bastante común sentir una relajación profunda y leves sensaciones de cosquilleos, ondulaciones, flotar del cuerpo....
Lo importante es que los efectos del reiki no son sólo instantáneos (que pueden serlo), sino que si estás dispuest@ a sanarte es problable que sientas cómo determinadas ideas confusas se aclaran, cómo algunos bloqueos emocionales se disuelven, o cómo ciertos dolores se esfuman sin más...
Cuando la luz entra en tí, tiende a equilibrar tus chakras y por tanto, las actitudes asociadas a cada uno de ellos. Así que sea cuál sea tu problema, el reiki puede ser una gran ayuda para solucionarlo.
Después de una sesión de reiki algunas personas experimentan lo que llamamos una "crisis curativa". Esto quiere decir que quizás experimentes unas sensaciones o emociones desagradables, quizás algunas enfermedades que habías pasado vuelvan a manifestarse de repente, pero hay que entender que esto no es más que una liberación de nuestro cuerpo de toxinas y emociones negativas.
Y es un síntoma claro de que nos estamos curando.
Lo bueno de las "crisis curativas" es que nos dan una información excelente acerca del orígen de nuestros problemas, y nos pueden ayudar a solucionarlo rápidamente. Y también que cuando se pasan, nos encontramos mucho mejor que antes.
